Recemos para que este Cristo, que mañana habrá salido nuevamente del sepulcro, recuerde que alguna vez se puso la camiseta nacional y otorgue, con su infinita paciencia, el perdón a nuestros tan reiterados pecados colectivos.
Recemos para que este Cristo, que mañana habrá salido nuevamente del sepulcro, recuerde que alguna vez se puso la camiseta nacional y otorgue, con su infinita paciencia, el perdón a nuestros tan reiterados pecados colectivos.
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