ElCanillita.info
Argentina, 05/07/2025
Redacción internacional, ElCanillita.info
Mientras buena parte de los argentinos hace equilibrio en la cornisa económica, institucional y emocional, hay alguien que parece tener todo bajo control: la Señora Justicia. Tranquila, distante, y con una pachorra digna de serie turca, observa desde el balcón cómo la democracia tropieza, pero no cae… todavía.
En estos días, mientras los diarios vociferan escándalos, corrupciones, y reformas a medio camino, la justicia argentina sigue en su burbuja: sin apuros, sin rubores, sin rendiciones de cuentas.
El caso más ilustrativo es el de Cristina Fernández de Kirchner, condenada por corrupción pero intocable, gracias a los fuegos artificiales de la impunidad. Que sí, que no, que tal vez… Todo se debate en despachos mullidos donde la Constitución se cita, pero se dobla como origami cuando conviene.
¿Y el Congreso? A las trompadas, literal. Los diputados, en un acting más propio del Teatro de Revista que de una república. Se gritan, se insultan, se levantan… pero no legislan. Todo por un “quorum” que aparece y desaparece como truco de mago de cumpleaños.
Entretanto, Milei y su troupe libertaria siguen su show de medidas unilaterales, decretos patinados, y discursos de TikTok. A falta de resultados, abunda la pirotecnia verbal. La economía sigue flaca, y la justicia aún más.
El autor del texto original, Enrique G. Avogadro, lo dijo con claridad de bisturí: la justicia no es ciega, es dormilona. Mientras el pueblo espera definiciones, el Poder Judicial se permite el lujo de no incomodarse. Total, como dice el dicho: “si nadie nos apura, ¿para qué correr?”.
Y así seguimos: con una democracia que sobrevive más por inercia que por convicción, con políticos que se tapan con frazadas viejas de discursos reciclados, y con jueces que, como la Señora Justicia, están… bien, gracias.
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Leer la nota original en el blog de Enrique G. Avogadro
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