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Elección para un loco

Javier Milei, favorito para ganar las elecciones presidenciales argentinas, presumió la semana pasada en un mitin de cierre de campaña de contar con “los mejores estrategas del mundo”. No se refería a su equipo de campaña.

El libertario se refería a sus perros. En lugar de esposa y descendencia, los cinco mastines ingleses residirán con Milei en el palacio presidencial rosa, la Casa Rosada, si obtiene el mayor número de votos hoy o en una segunda vuelta en noviembre.

Sus “hijos de cuatro patas”, como él los llama, se han convertido ya en el centro de atención de la campaña tanto como sus polémicas políticas, en parte debido a una biografía de Milei publicada en julio y titulada El Loco.

Milei cree que puede comunicarse con sus mascotas y que ellas lo aconsejan
“No bromea cuando llama estrategas a los perros”, dijo Juan Luis González, su autor. “Está convencido de que puede comunicarse con sus perros, de que pueden aconsejarle en diferentes áreas. Los perros son una especie de gabinete para él, les hace rebotar ideas”.

El primer perro de Milei, Conan -llamado así por el protagonista de la película Conan el Bárbaro- fue un personaje central en el ascenso a la prominencia política del ex cantante de rock de pelo salvaje. Al parecer, Milei prodigaba atenciones al mastín: cuando no tenía dinero, vendía su moto y vivía con una pizza al día para poder permitirse comida de lujo para el perro.

Tal era su devoción que decidió clonar al perro. Dispuesto a ello, en 2014 envió las muestras de tejido de Conan a una empresa estadounidense de “preservación genética” para su almacenamiento.

“Ese perro lo era todo para él”, afirma Ron Gillespie, fundador y propietario de la empresa, PerPETuate.

Milei pagó 50.000 dólares por un clon de su mastín favorito tras su muerte
Cuando Conan murió en 2018, Milei le dijo a Gillespie que siguiera adelante con el procedimiento de clonación de 50.000 dólares, que le garantizaría al menos una réplica de Conan.

Gillespie, de 75 años y licenciado en economía agrícola, empezó su carrera vendiendo semen de toro antes de meterse en la clonación con la ayuda de un laboratorio de Texas. En el laboratorio, las cosas fueron tan bien con los genes de Conan que en lugar de un solo clon, como era habitual, Milei acabó con cinco.

Los llamó Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas por los economistas conservadores estadounidenses Murray Rothbard, Milton Friedman y Robert Lucas.

El primer perro de Milei se llamó Conan en honor al famoso bárbaro
“Desde un vagabundo a un oligarca ruso, pasando por un montón de gente entre medias, he tenido todo tipo de clientes que adoran a sus mascotas y quieren perpetuar su vínculo con ellas”, explica Gillespie, que añade que el político argentino “no era diferente”. O eso creía él. “Más tarde empecé a oír hablar de cómo podía comunicarse con sus perros”.

González dijo que Milei había hablado a menudo en privado con amigos y otras personas sobre sus conversaciones con los perros. “También le decía a la gente que había hablado con Dios”, añadió.

Un socio de Milei afirmó que en una vida anterior los perros habían sido “importantes figuras romanas” y que se reencarnaron de aquella época. Cada uno daba consejos según su especialidad.

“Depende del tema: Conan hace estrategia general, Milton creo que es el que asesora en temas económicos”, dijo el escritor Juan Luis González. “Luego hay uno que puede ver el futuro y aprender de los errores: creo que es Robert. Les asigna distintas tareas como si fueran un gabinete”.

Entre cavilación y cavilación, los perros disfrutan alborotando por la casa. “Mi casa es como Kosovo”, dijo Milei en televisión poco después de la llegada de los perros en 2018. “En dos semanas se han comido casi cuatro sillones”.

Milei no ha negado tener un gabinete canino. “Lo que haga dentro de mi casa es mi problema”, dijo recientemente.

Celia Melamed, una veterinaria que imparte regularmente un taller sobre comunicación con mascotas en Buenos Aires, dijo que le había enseñado el truco a la hermana de Milei, Katrina, que vive con él y es su jefa de campaña. “Es cuestión de práctica”, explica. “Veo al animal y conecto con él, transmito lo que estoy pensando, el animal me ve y hace lo mismo. Es a nivel subconsciente”.

No quiso hacer comentarios sobre las conversaciones de Milei con sus perros, pero su biógrafo está preocupado.

“La pregunta es qué pasará en un país ya de por sí inestable como Argentina si ponemos en el poder a alguien convencido de que puede hablar de economía con sus perros”, dijo González.

Añadió que la gente que apoyaba a Milei le había dicho que “todos nuestros presidentes anteriores no estaban locos y vean lo bien que nos ha ido, seguramente deberíamos darle a Milei una oportunidad”.

Los intereses esotéricos de Milei van acompañados de propuestas radicales: quiere eliminar el Banco Central y sustituir el peso argentino por el dólar. También cree en la posesión pública de armas y en el derecho individual a vender órganos.

En sus actos de campaña suele repartir fotos de sus amigos de cuatro patas antes de blandir una motosierra que simboliza los recortes que pretende infligir al presupuesto del Estado.

Si es elegido, ha prometido nombrar presidente de un consejo científico a Daniel Salamone, un científico implicado en la clonación de animales, llamándole “el clonador nacional”.

Aunque va en cabeza en las elecciones de hoy – los sondeos le dan un 34% de ventaja sobre Sergio Massa, Ministro de Economía, con un 30% – las encuestas sugieren que no obtendrá suficientes votos para ganar directamente. De ser así, el mes que viene se celebrará una segunda vuelta entre los dos primeros.

Gillespie sigue las elecciones con interés. Le gusta bromear con su mujer, Tondalaya, diciendo que no tiene solo un perro en la carrera argentina. “Yo tengo todos los perros en la carrera”, dijo.

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