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Milei se acerca a la presidencia de Argentina prometiendo acabar con el establishment político

ElCanillita.info, 18/10/2013
Blandiendo una motosierra sobre su cabeza mientras sus partidarios coreaban “libertad, maldita sea”, Javier Milei fue recibido por una multitud de miles de personas cuando su caravana de campaña entró en el centro histórico de Salta, una ciudad en las estribaciones de la cordillera de los Andes.

El candidato a la presidencia de Argentina, un iconoclasta con chaqueta de cuero, era fácilmente reconocible desde la distancia gracias a su corte de pelo de rockstar de los años 70, en la última parada provincial de su campaña electoral, que termina esta semana con un gran mitin en una sala de conciertos de Buenos Aires. Milei es ahora el favorito para ganar la votación, cuya primera vuelta se celebrará el domingo.

Su promesa de cortar de raíz el abultado Estado del país -explicación de la motosierra- parece haber calado en millones de votantes dispuestos a abrazar lo desconocido. Situación evidenciada por primera vez cuando se impuso por sorpresa en las elecciones primarias de agosto.

Muchos votantes tienen puestas sus esperanzas en Milei, un outsider que ha sido recibido como una estrella del rock en los actos de campaña.

“Quiero un cambio, no me importa cuál sea”, dijo un simpatizante en Salta, que llevaba una camiseta amarilla con una imagen de Milei como un león. Otros repetían el lema escrito en negrita en la parte delantera del coche de su candidato: que él era “la única solución” a los profundos problemas económicos del país.

Los mítines de Milei tienen el aire de una pantomima, protagonizada por su excéntrico héroe. En Salta, un hombre salió de entre la multitud con un traje completo de Spiderman, una aparente muestra de apoyo al economista libertario que desafiaba la gravedad al escalar las encuestas.

Varios de los que rodeaban al candidato llevaban réplicas de billetes de 100 dólares, con el perfil de Milei en el anverso. Su equipo había lanzado los billetes -como confeti- a la multitud a primera hora del día. La principal promesa política del aspirante presidencial es que sustituirá el peso del país, que se está hundiendo, por el dólar estadounidense.

La elección es ahora una carrera a tres bandas entre Milei, de 52 años, diputado desde 2021, y dos políticos más consolidados: Sergio Massa, de 51 años, ministro de Economía del Gobierno de izquierda de Alberto Fernández, y Patricia Bullrich, de 67 años, ex ministra de Seguridad de derecha.

Las encuestas de opinión están prohibidas en Argentina en los ocho días anteriores a las elecciones. Pero una publicada la semana pasada por la empresa Circuitos, mostraba a Milei con un 34,1 por ciento de apoyo, seguido de Massa con un 32,3 por ciento y Bullrich con un 24,4 por ciento. Esta semana, los sitios de apuestas en línea daban al favorito cerca de un 80% de posibilidades de convertirse en presidente, lo que refleja las grandes apuestas que se están haciendo por el hombre que hace sólo tres meses se consideraba una posibilidad remota.

Para ganar la primera vuelta, un candidato necesita el 45% de los votos o el 40% y una ventaja de diez puntos. Si ninguno lo consigue, la segunda vuelta se celebrará el 19 de noviembre. Según los encuestadores, éste sigue siendo el escenario más probable.

El mensaje central de Milei es que lo que él llama la “casta política” argentina es incompetente. Culpa a los políticos, especialmente a los de izquierda, de haber empobrecido el país durante décadas de políticas intervencionistas y de robo. La mala administración, dice, ha convertido una nación que hace apenas un siglo era envidiada por su riqueza per cápita superior a la de Estados Unidos en una que, advierte, corre el riesgo de convertirse en “la mayor favela del planeta”.

Muchos de los asistentes al mitin de Salta dijeron que durante años, o en algunos casos generaciones, habían votado al peronismo, un movimiento político global, construido sobre la idea de un Estado protector, que ha gobernado Argentina durante la mayor parte de los últimos 75 años. Pero ahora están dispuestos a romper con el pasado. “Nuestros padres y abuelos siempre votaron a los mismos. No ha funcionado”, dijo un simpatizante.

Se cree que el político incendiario está prosperando gracias a una avalancha de datos económicos sombríos

Milei, antiguo músico de rock aficionado y licenciado en economía, ha esbozado una serie de propuestas políticas libertarias extremas que incluyen la eliminación del actual banco central, la privatización de casi todo, la relajación de las leyes sobre tenencia de armas y la reducción drástica de todos los aranceles e impuestos. Ha afirmado que su gobierno no hará negocios con China -actualmente el principal socio comercial de Argentina-, aunque ha subrayado que las empresas privadas podrían hacerlo si lo desearan. Ha descrito al líder izquierdista del vecino Brasil, el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, como “un comunista furioso”.

Sus argumentos, que ha perfeccionado en los últimos años como comentarista en programas nocturnos de televisión, han atraído a millones de argentinos de una amplia gama demográfica -ricos, pobres, urbanos, rurales-, todos ellos afectados por la peor crisis económica del país desde la década de 1990.

La semana pasada, mientras Milei viajaba a Salta, las cifras del Gobierno mostraban que la inflación se había disparado hasta el 138%. Ahora se está acelerando a su ritmo más rápido en 30 años. La hiperinflación, en la que los precios pueden duplicarse en cuestión de días, se considera ahora un grave riesgo. El tipo de cambio del peso en el mercado negro se ha desplomado por debajo de 1.000 por dólar. Hace sólo tres meses era la mitad.

Expertos en economía creen que la avalancha de malos datos económicos es casi con toda seguridad una buena noticia para Milei. “Cuanto más crece la ansiedad general, más crece la ira contra el establishment, sus oponentes”, dijo Nicolás Saldías, analista de Economist Intelligence Unit.

El Presidente Fernández, que este año confirmó que no se presentaría a la reelección, ha mantenido un perfil relativamente bajo durante gran parte de la campaña. Pero la semana pasada salió al descubierto para presentar una denuncia judicial contra Milei. Le acusó de provocar una corrida cambiaria después de que el candidato hiciera una serie de comentarios, entre ellos que el peso argentino “no valía un excremento”.

Milei dijo que la acción del presidente se asemejaba al “último grito de un ahogado”.

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