Rusia 30/03/2023
Rusia ha detenido a un periodista estadounidense al que acusa de espiar a una empresa de defensa, en una audaz medida probablemente programada por el gobierno.
Evan Gershkovich, del Wall Street Journal, estaba de misión en Ekaterimburgo cuando sus editores perdieron el contacto con él el miércoles.
Dmitry Peskov, portavoz de Vladimir Putin, dijo que había sido sorprendido “in fraganti” en un viaje de información cerca de algunas de las mayores fábricas de armas de Rusia.
Gershkovich, de 32 años, reside en Moscú y está acreditado ante el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. Habla ruso con fluidez y anteriormente trabajó para la Agence France Press, el New York Times y el Moscow Times.
Es el primer periodista estadounidense acusado de espionaje en Rusia desde la Guerra Fría, en lo que probablemente desencadenará una disputa diplomática.
Se cree que Evan Gershkovich llegó a Ekaterimburgo el miércoles para realizar allí su segundo reportaje de este mes. Fue visto por última vez en línea poco después de las 13.00, hora de Moscú.
Un canal local de Telegram informó el miércoles por la noche de que algunos testigos habían visto a agentes de seguridad vestidos de civil deteniendo a un hombre en un restaurante del centro de la ciudad. Los agentes le cubrieron la cabeza con un jersey y le metieron en un monovolumen.
Yaroslav Shirshikov, un publicista de Ekaterimburgo al que Gershkovich entrevistó en un viaje anterior, escribió en Telegram que un periodista del WSJ le había telefoneado por la noche para decirle que Gershkovich había regresado a la ciudad, pero que llevaba más de nueve horas sin contacto.
Dijo que él y Gershkovich habían comido en el mismo restaurante dos semanas antes y que, tras recibir la llamada, se dio cuenta de que habian detenido probablemente al periodista.
Según el diario ruso Kommersant, el caso está en manos de la oficina central del FSB -Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa- y el periodista será trasladado de Ekaterimburgo a Moscú para ser detenido formalmente en el tribunal del distrito de Lefortovo.
El jueves, en una rápida resolución, el tribunal ordenó el ingreso en prisión preventiva de Gershkovich.
El medio de comunicación ruso Media Zona difundió el jueves un vídeo en el que se ve a un hombre, que se cree que es Gershkovich, siendo conducido fuera del edificio con las manos esposadas a la espalda.
En Lefortovo se encuentra la prisión utilizada por el FSB para recluir a sus sospechosos más importantes.
En el Tribunal de Lefortovo, en Moscú, el FSB exige que se detenga al periodista del WSJ Evan Gershkovich, acusado de espionaje. Mientras tanto, una unidad especial de la policía entró en el edificio, exigiendo a los periodistas que abandonaran la planta donde se van a celebrar las audiencias.Vídeo: Mediazona pic.twitter.com/fjPVrJ4kx4
– Mediazona (@mediazona_en) March 30, 2023
El Sr. Shirskikov dijo que el último reportaje del Sr. Gershkovich se había centrado en la Compañia Militar Privada del Grupo Wagner y las relaciones entre la empresa mercenaria y el público.
El FSB no dio el nombre de la empresa sobre la que sospechaba que espiaba. Ekaterimburgo es una importante ciudad industrial y alberga varias empresas de defensa.
Uralvagonzavod, la mayor fábrica de tanques del país, tiene su sede en la ciudad de Nizhny Tagil, a unas dos horas en coche hacia el norte.
El FSB, servicio de seguridad interior de Rusia y principal organismo sucesor del KGB, comunicó el jueves por la mañana que Gershkovich había sido detenido por espiar para Estados Unidos y que se había abierto contra él una causa penal por espionaje.
“Se ha establecido que Evan Gershkovich, actuando siguiendo instrucciones de la parte estadounidense, estaba recopilando información que constituye un secreto de Estado sobre las actividades de una empresa del complejo militar-industrial ruso. El extranjero fue detenido en Ekaterimburgo cuando intentaba obtener información secreta”, declaró el FSB en un comunicado recogido por las agencias de noticias rusas.
El periódico del Sr. Gershkovich rechazó rotundamente las afirmaciones rusas y exigió su liberación.
“The Wall Street Journal niega con vehemencia las acusaciones del FSB y pide la liberación inmediata de nuestro fiable y dedicado reportero, Evan Gershkovich. Nos solidarizamos con Evan y su familia”, señaló en un comunicado.
Los colegas rechazan las acusaciones del Kremlin
Amigos y colegas de Evan Gershkovich rechazaron la sugerencia de que fuera un espía, y sugirieron que había sido atacado por su trabajo periodístico o porque el Kremlin quería un estadounidense para intercambiarlo por presuntos espías rusos detenidos en Occidente.
Muchos reporteros extranjeros huyeron de Rusia en 2022, cuando el Kremlin aprobó leyes de censura draconianas y cerró varios medios de comunicación rusos críticos en un intento de restringir la información sobre su invasión de Ucrania.
Sin embargo, a los corresponsales extranjeros que se quedaron se les ha permitido, por lo general, seguir trabajando, y la detención se ha visto como la ruptura de un antiguo tabú sobre los ataques a reporteros acreditados ante el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
“El caso de Evan Gershkovich sienta un precedente, porque hasta ahora los periodistas extranjeros acreditados ante el Ministerio de Asuntos Exteriores trabajaban bajo la norma no escrita de que no se les tocaría”, ha declarado Ivan Pavlov, abogado especializado en casos relacionados con los servicios de seguridad.
Y prosigue: “Está claro que Estados Unidos se ocupará para liberar a su ciudadano. Sobre todo, la comunidad periodística exigirá a las autoridades estadounidenses que tomen todas las medidas a nivel diplomático. Este caso no puede resolverse jurídicamente, sino políticamente. En otras palabras, se tomará una decisión política, y elaborarla es bastante sencillo”.
Se especula que Gershkovich fue detenido para que el Kremlin pudiera intercambiarlo por presuntos espías rusos detenidos en Occidente.
Tatiana Stanovaya, analista política rusa, afirmó que el FSB había ampliado tanto su definición de espionaje que cualquier actividad periodística rutinaria, como buscar en Internet o recoger comentarios de expertos, podía servir de pretexto para la detención.
“Esperemos a ver qué presenta concretamente el FSB, pero parece que han tomado un rehén”, escribió en la página de Twitter de su grupo de reflexión Rpolitik.
“Hay muchas personas que podrían ser canjeadas: por ejemplo, Vladislav Klyushin, que no fue canjeado en el último intercambio… Vadim Krasikov en Alemania, así como algunos ilegales en otros países (Moscú cree que Washington puede ocuparse de esto)”.
Vladislav Klyushin es un empresario ruso que fue detenido en Suiza y extraditado a Estados Unidos en 2021. Un tribunal federal de Boston le condenó en febrero de este año por una trama de uso de información privilegiada por valor de 90 millones de dólares con información pirateada de empresas estadounidenses.
Vadim Krasikov es un criminal del FSB que cumple cadena perpetua en Alemania por el asesinato ordenado -según la sentencia del juez Olaf Arnoldi del Tribuna de Berlin- por el gobierno ruso, de Zelimkhan Khangoshvili, un disidente checheno, que habia combatido durante la segunda guerra chechena contra las tropas rusas.
Dos presuntos espías del programa de espionaje “ilegal”, o encubierto a largo plazo, de Rusia que se hacían pasar por una pareja argentina fueron detenidos en Eslovenia en enero.
Los “ilegales” de Rusia se llaman así porque, a diferencia de la mayoría de los espías, no operan bajo cobertura diplomática desde las embajadas.
Suelen vivir durante años o décadas con identidades falsas, en un esfuerzo por implantarse en los países objetivo y proporcionar inteligencia y apoyo, como el envío de dinero para otras operaciones.
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