Más de 150 millones de brasileños eligen hoy a un presidente, y los ecologistas advierten que su elección podría afectar al futuro de la vida en la Tierra.
La dura conclusión se basa en las advertencias de que la deforestación de la Amazonia se está acercando a un “punto de inflexión” en el que toda la selva corre el riesgo de ser destruida, liberando miles de millones de toneladas de carbono a la atmósfera y acelerando el cambio climático.
La destrucción de la selva comenzó en serio en la década de 1970, alcanzó un pico a principios de la década de 2000 y se ha disparado de nuevo bajo el gobierno del presidente derechista Bolsonaro, de 67 años, un exmilitar que llegó al poder en 2019 y se presenta a la reelección en una segunda vuelta.
Los altos funcionarios que se pronunciaron contra el fracaso de Bolsonaro en la preservación de la Amazonía han sido despedidos
En los dos primeros años de su gobierno se perdieron más de 8,4 millones de hectáreas, una superficie mayor que la de Bélgica. Su oponente, Luiz Inácio Lula da Silva, un ex presidente de izquierda, ha prometido un enfoque de “tolerancia cero” a la deforestación, aunque sin especificar lo que implicaría.
“Los niveles de destrucción son completamente fuera de serie”, dijo Claudio Angelo, del grupo de presión Observatorio del Clima de Brasil. “Los planes de Bolsonaro para la Amazonía siempre han sido muy claros. Quiere desarrollar la región. Y eso es lo que va a hacer si consigue otros cuatro años”.
En un debate final malhumorado el viernes por la noche, Bolsonaro dijo que sus políticas medioambientales eran “un ejemplo para el mundo”, argumentando que la deforestación era mayor bajo el gobierno de Lula, como es más conocido su oponente, cuando fue presidente entre 2003 y 2010.
El presidente Bolsonaro acusó al Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de falsificar datos sobre la deforestación.
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