El Scheherazade está siendo reparado y mantenido en un puerto de Italia, y se dice que es el yate más caro del mundo cuyo propietario no ha sido identificado
Se ha instado a Italia a confiscar un superyate supuestamente propiedad de Vladimir Putin tras una investigación realizada por la unidad anticorrupción de Alexei Navalny, líder de la oposición rusa encarcelado.
El equipo de Navalny dijo que el yate, de 590 millones de euros, estaba atendido por oficiales del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSO).
Los socios del Sr. Navalny han exigido que las autoridades italianas confisquen la embarcación de 139 metros, que tiene una piscina con un techo retráctil que se convierte en una pista de baile de discoteca.
La petición de confiscación del superyate se produce mientras la guerra de Rusia con Ucrania sigue estancada. Ucrania ha rechazado un ultimátum del Kremlin para que entregue Mariupol o las autoridades locales se enfrentarán a “tribunales militares”, lo que probablemente infringiría la Convención de Ginebra.
Vlodymyr Zelensky, el presidente ucraniano, dijo que “Ucrania no puede cumplir el ultimátum de Rusia” y que cualquier “compromiso” de acuerdo de paz se sometería a referéndum.
Los líderes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia debatieron el lunes la escalada de la crisis en medio de las advertencias de los servicios de inteligencia estadounidenses de que el Kremlin estaba cambiando de táctica para bombardear a Ucrania hasta someterla.
En un comunicado, Downing Street dijo que los líderes seguirán apoyando a Ucrania “militarmente” y “aumentando la presión sobre Rusia para que detenga su invasión no provocada”. El Pentágono acusó a las fuerzas rusas de cometer crímenes de guerra y estaba “ayudando a recopilar pruebas de ello”.
Las zonas residenciales de Odesa, en el Mar Negro, fueron bombardeadas por primera vez. En Kherson, la única ciudad bajo control ruso, las tropas rusas dispararon contra los manifestantes.
Un periódico ruso reveló inadvertidamente que casi 10.000 soldados rusos han muerto y otros 16.000 han resultado heridos. Anteriormente, los militares rusos sólo habían admitido que habían muerto 500 soldados desde el inicio de la invasión.
El Scheherazade, que navega bajo pabellón de las Islas Caimán, fue botado en 2020 y está registrado a nombre de una empresa llamada Bielor Assets Ltd, domiciliada en las Islas Marshall, pero su verdadero propietario permanece en secreto.
El martes se espera que Navalny escuche el veredicto de la última causa penal contra él, en la que los fiscales piden 13 años de prisión en una colonia penal de máxima seguridad por presunto fraude y desacato al tribunal.
En una publicación en las redes sociales, Maria Pevchikh, que trabaja para la Fundación Anticorrupción de Navalny, dijo: “Llevamos más de una década investigando la corrupción de Putin, y hay una cosa que sabemos con certeza: Putin nunca tiene activos a su nombre”.
“Una docena de guardias y sirvientes personales de Putin mantienen constantemente uno de los yates más grandes del mundo, atracado en un puerto italiano. Creemos que esto es una prueba suficientemente sólida de que Scheherezade pertenece al propio Putin y debe ser incautado inmediatamente”.
Leonid Volkov, un estrecho colaborador del Sr. Navalny, dijo: “Encontramos otros 700 millones de dólares que Putin robó a los rusos: el yate, por el que ahora mueren soldados rusos”.
El equipo de Navalny publicó la lista de la tripulación que, según ellos, muestra que todos los empleados del barco, excepto el capitán, son de nacionalidad rusa. Dijeron que pudieron cotejar los datos personales de las personas de la lista con un elenco de vuelos filtrado.
Utilizando los datos personales, los investigadores afirmaron haber identificado a muchos de los miembros de la tripulación como oficiales empleados por el FSO, que proporciona un servicio de seguridad personal a Putin. Alrededor de la mitad de los 23 miembros de la lista estaban vinculados a la FSO, según los investigadores.
El elenco de los vuelos, según el equipo de Navalny, muestran a los miembros de la tripulación viajando juntos a Milán, el aeropuerto principal más cercano a la base del yate en Marina di Carrara.
Los investigadores dijeron que una docena de esos tripulantes, están registrados en la dirección oficial de la unidad del Kremlin que proporciona seguridad a Putin en su residencia del Mar Negro, cerca de Sochi. El equipo también dijo que había hablado con uno de los miembros de la tripulación del yate, que había confirmado que era la embarcación de Putin.
Según el New York Times, el Scheherazade hizo una “breve incursión” en el Mar Rojo en septiembre de 2020 y dos viajes al centro turístico de verano ruso de Sochi en ese año y de nuevo el año pasado.
El New York Times dijo que había hablado con un antiguo miembro de la tripulación y manifestó que sus compañeros lo llamaban “el yate de Putin”.
El ex miembro de la tripulación también afirmó que el yate estaba tripulado por un equipo internacional durante los periodos en los que no había un jefe, pero que durante los periodos en los que sí estaba, la tripulación era sustituida por “un equipo totalmente ruso”. El New York Times alegó que la tripulación extranjera fue despedida antes de un viaje al Mar Negro en 2020.
Según los investigadores de Navalny, examinaron los datos de los pasaportes de los miembros de la tripulación con aquellos filtrados de los viajes aéreos, afirmando que la tripulación voló a Italia “como si estuviera cubriendo turnos de guardia”.
Afirmaron que un miembro principal de la tripulación estaba “registrado en los teléfonos de varias personas como “Sergey FSO” -una supuesta referencia al servicio de seguridad del Estado- y su dirección estaba registrada en la base del FSO en Sochi”. La investigación afirmó que “algunos otros miembros de la tripulación están registrados en la misma dirección”.
La Sra. Pevchikh dijo: “Sólo en las dos primeras hojas de la lista de la tripulación, vemos a 23 personas, de las cuales casi la mitad están relacionadas con el FSO. No podemos pensar en una prueba mejor de que este yate pertenece a Putin. Incluso en Italia, a miles de kilómetros de Moscú, emplea a personas que figuran oficialmente como guardias de seguridad y personal de Putin”.
Guy Bennett-Pearce, el capitán del yate, declaró al New York Times a principios de este mes que no creía que Putin fuera su propietario. Dijo: “Nunca lo he visto. Nunca le he conocido”.
El Sr. Bennett-Pearce no descartó que el propietario del yate fuera un ciudadano ruso, pero dijo que un “acuerdo hermético de no divulgación” le impedía decir más. Añadió, sin embargo, que el propietario no figuraba en ninguna lista de sanciones.
Dijo que las autoridades italianas habían abordado el yate a principios de marzo tras la invasión rusa de Ucrania y que se había entregado la documentación pertinente. También envió al New York Times un mensaje en el que decía: “No me cabe la menor duda de que con esto el barco quedará libre de todos los rumores y especulaciones negativas”.
El yate tiene seis cubiertas, incluidas dos zonas de aterrizaje para helicópteros, así como su propio espacio, sauna y gimnasio. Tiene accesorios chapados en oro en los baños. Cuando atracó por primera vez en Italia, los trabajadores levantaron una barrera metálica para ocultar parcialmente el yate de la vista, y también cubrieron la placa del nombre.
El nombre de Scheherazade procede de la narradora de los cuentos árabes Las mil y una noches y es también el nombre de una sinfonía del compositor ruso Rimsky-Korsakov.
Las autoridades de varios países de la Unión Europea han comenzado a confiscar yates pertenecientes a oligarcas rusos para cumplir con las sanciones. Las autoridades francesas incautaron un yate que se cree que es propiedad de Igor Sechin, un aliado clave de Putin, mientras que los yates de dos oligarcas que figuran en las listas de sanciones fueron retenidos por funcionarios italianos.
La Agencia Nacional del Crimen del Reino Unido ha creado una unidad de “cleptocracia” para identificar y congelar los activos de Putin y todos sus asociados.
Putin se ha rodeado de amigos y aliados que han hecho grandes fortunas mientras él ha estado en el poder. Pero los activistas anticorrupción afirman que el presidente ruso, que gana un sueldo oficial de 80.000 euros, se ha cuidado de no registrar ninguna propiedad a su nombre.
La semana pasada fue ridiculizado cuando apareció en un mitin en Moscú en apoyo de la guerra de Ucrania llevando un abrigo de diseño italiano y un jersey valorado en miles de euros.
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