La China exporta una de sus vacunas en todo el mundo pero Pekín no ha autorizado el uso en el país.
Los Emirates Árabes Unidos han dado el visto bueno a la vacuna anticovid Sinopharm , suero que Pekin aún no ha aprobado en el propio territorio.
En un importante anuncio del pasado miercoles, el ministro de salud dijo que, según las pruebas realizadas en el país, el suero de la empresa estatal Sinopharm es seguro y tiene una eficacia del 86 por ciento, por lo tanto el uso está autorizado. El ministro no dio más detalles y la comunidad científica tendrá que esperar para verificarlo.
Resulta extraño que China no haya participado al feliz anuncio, ni el gobierno ni Sinopharm, a pesar que la vacuna es el objetivo prioritario del régimen.
La carrera por el suero anti-covidiano ha trasfornado todas las reglas. El mundo entero ha recortado el tiempo y los pasos, China los ha mezclado, por el momento ninguna de las cinco vacunas chinas ha llegado a las etapas finales de la experimentación, y mucho menos a los resultados finales.
Tampoco ha recibido el visto bueno de las autoridades de Beijing, sin embargo se administran cientos de miles de dosis en el país y en el extranjero.
En China la máscara anti-coronavirus sigue en uso, a pesar de que la epidemia se considera bajo control.
El régimen de China quiere inmunizar a los ciudadanos. Posée tres vacunas, dos compuestos de Sinopharm y uno de la empresa privada Sinovac, que ya han sido autorizadas desde hace meses para uso de emergencia y categorías de riesgo como los médicos.
El suero ha sido inoculado a por lo menos un millón de personas, y el otro día, cuando un pequeño brote surgió en la metrópoli de Chengdu, el gobierno prometió vacunar a dos millones de habitantes para el final del año, efectivamente en uso masivo. Luego lo hará en el extranjero, porque el otro objetivo de Xi Jinping es usar la vacuna como una herramienta geopolítica, distribuyéndola a los países amigos, especialmente a los países en desarrollo.
Indonesia, que desea reabrir al turismo, Brasil, Marruecos ya han recibido los primeros envíos, en los Emiratos también han comenzado a administrarla, antes del anuncio del miércoles sobre su eficacia.
En el gigantesco paso adelante que parece haber tomado propio a China por sorpresa, el presidente de Sinopharm dijo que “los resultados se esperan muy pronto”, el de Sinovac es un análisis provisional y estará listo “en la primera parte de diciembre”, el de CanSino, de otra empresa privada, la experimentación está “bien encaminada”.
Algunos expertos critican la forma en que China ha forzado los protocolos. Las autoridades chinas aseguran que hasta ahora no ha habido ninguna reacción adversa. Y una tasa de eficacia del 86%, si se confirma, colocaría el suero de Sinopharm no muy lejos de los de Pfizer y Moderna, por encima de AstraZeneca.
Sin embargo, a falta de datos oficiales, en lo único que se puede confiar es en la buena fé. Por otra parte, muchos países en desarrollo que recurren a Pekín no tienen otra alternativa. Los sueros chinos, con una tecnología más tradicional, no necesitan temperaturas polares para su transporte. Y en un mercado con una enorme demanda y poca vacunas occidentales han sido en gran medida una opción para los países desarrollados.
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