
ElCanillita.info
Argentina, 12/06/2025
Por Loren Mendoza – Especial para ElCanillita.info
Mientras algunos reparten discursos sobre “lawfare” con cara de piedra pómez, desde las entrañas del dolor real llega un comunicado que no necesita diccionario militante: los familiares de la Tragedia de Once vinculan directamente a Cristina Fernández de Kirchner con la matriz de corrupción que provocó –entre otras cosas– que un tren repleto de trabajadores terminara incrustado contra la estación. Y contra la historia.
La jefa política de los asesinos de nuestros familiares va a ir presa”, dicen.
Lo dicen así, sin maquillaje. Sin PowerPoint. Sin influencers.
El negocio de la muerte
El kirchnerismo, sostienen, fue algo más que un estilo político: fue una máquina aceitada para enriquecer desde el Estado a costa de vidas, obras truchas, subsidios evaporados y empresas fantasmas.
El tren Sarmiento no fue un accidente. Fue la consecuencia final de un sistema: un kiosco para ladrones de baja monta y un plan de saqueo para los de alta gama.
Y sí, como escriben los familiares:
“El PODER no se iba a ensuciar por unos miserables 1800 millones”.
Por eso no fue un descarrilamiento.
Fue un plan.
Sin justicia no hay andén
Cuando la Corte Suprema ratifica una condena contra CFK y los familiares de Once publican este comunicado, algo se rompe en el relato épico del “modelo”.
Ya no es la oposición ni los medios.
No es Clarín.
Es el dolor.
Es la verdad dicha por los que llevan el nombre de sus muertos tatuado en la lengua.
Epílogo sin consuelo
La impunidad no se mide por lo que no se paga, sino por lo que el poder cree que no debe explicar.
Hoy, el tren oxidado de la corrupción descarriló un poquito.
Falta juicio.
Falta condena moral.
Falta devolución.
Pero como escribió Lucas Menghini Rey, una de las víctimas:
No pierdas más la calma,
que la paciencia no es tan cruel.
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