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Trasladan pandilleros a la megaprisión más grande de América

Policías antidisturbios vigilan la llegada de reclusos de la MS-13 y de la pandilla 18 a la nueva cárcel salvadoreña “Centro de Reclusión Terrorista”

El Salvador, 24/02/2023
Los reclusos han comenzado a llegar al nuevo Centro de Reclusión Terrorista de El Salvador, conceptuado como la mayor megaprisión de América, en el último paso de una controvertida campaña contra la delincuencia que ha provocado un aumento de la población carcelaria.

Las fotografías muestran a agentes de policía antidisturbios custodiando la llegada de reclusos pertenecientes a las bandas MS-13 y 18 a la extensa prisión de Tecoluca, a 80 kilómetros al sureste de San Salvador, el viernes.

Se ve a los reclusos desnudos, con pantalones cortos blancos y la cabeza rapada, corriendo por la nueva prisión hacia las celdas. Muchos tienen tatuajes de bandas.

El centro albergará más de 62.000 individuos que las autoridades han detenido desde que el gobierno suspendió algunos derechos constitucionales e impulsó una ofensiva total contra las bandas el pasado mes de marzo.

Pandilleros esperan a ser conducidos a sus celdas

La cárcel, de alta tecnología, tiene un perímetro rodeado por un muro de hormigón de 9 metros de alto y más de un kilómetro de largo, protegido por alambradas electrificadas.

Treinta y dos celdas con barrotes de acero albergarán a “más de cien” miembros de bandas.

Cada celda dispone también de cabinas de chapa de hierro sin colchones para alojar a 80 personas. Además, hay “celdas de castigo” oscuras y sin ventanas que se utilizarán para los miembros de la banda que se “porten mal”.

“Este será su nuevo hogar, donde no podrán hacer más daño a la población”, escribió el presidente Nayib Bukele en Twitter.

Es la megaprisión “más grande de América”, equipada con vigilancia de alta tecnología y diseñada para albergar a 40.000 delincuentes

“El Salvador ha logrado pasar de ser el país más peligroso del mundo, al país más seguro de América. ¿Cómo lo hemos conseguido? Metiendo a los delincuentes en la cárcel. ¿No habia espacio? Ahora lo hay”.

El Sr. Bukele pidió a sus aliados en el Congreso de El Salvador que aprobaran el año pasado un estado de excepción, que desde entonces se ha prorrogado varias veces, que suspende algunos derechos constitucionales tras un dramático repunte de los asesinatos atribuidos a bandas violentas.

La medida goza de un amplio apoyo en El Salvador, pero ha sido muy criticada por organizaciones de derechos humanos y algunos gobiernos extranjeros por su falta de garantías procesales y otros abusos.

El presidente Nayib Bukele libra una “guerra” contra estos grupos

Los críticos con las tácticas de mano dura de Bukele afirman que, a largo plazo, El Salvador no podrá salir de sus problemas de seguridad deteniendo y encarcelando.

“Con esta prisión, la administración de Nayib Bukele en El Salvador demuestra que no tiene planes claros para prevenir la delincuencia”, tuiteó Carolina Jiménez, presidente de la organización no gubernamental WOLA, centrada en América Latina. “Su principal opción es un estado de ‘excepción’ permanente en el que se cometen violaciones a los derechos humanos”.

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