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Un antivacunas italiano trató de engañar a una enfermera con un brazo falso

Un hombre italiano que estaba ansioso por obtener el pasaporte Covid pero que no quería someterse al pinchazo real intentó engañar a los médicos presentándose en un centro de vacunación con un brazo falso hecho de silicona.

El hombre, que al igual que una pequeña pero ruidosa minoría de italianos, que se opone a la vacunación, llegó al centro médico de la ciudad de Biella, Piemonte el jueves por la noche.

Tenía reservada su primera dosis de la vacuna, lo que le convierte en un rezagado en comparación con el 85% de los italianos mayores de 12 años que ya han recibido dos vacunas y están pendientes de recibir la de refuerzo.

Pero cuando el hombre, de unos cincuenta años, se arremangó el brazo, el asistente médico empezó a sospechar que no todo era como debía ser.

La piel de su brazo parecía inusualmente lisa y de un color ligeramente extraño.

El médico se dio cuenta rápidamente de que el brazo era una extremidad falsa, aunque sofisticada, hecha de silicona.

El hombre pidió al médico que hiciera la vista gorda y le pinchara el miembro falso.

Se negó. Fue denunciado a la policía y a los magistrados y ahora se enfrenta a un proceso judicial.

“El caso roza lo ridículo, si no fuera porque estamos hablando de un gesto de enorme gravedad”, dijo el gobernador de Piemonte, Alberto Cirio, en un comunicado en Facebook.

El intento de engaño era “inaceptable frente al sacrificio que toda nuestra comunidad ha pagado durante la pandemia, en términos de vidas humanas, el coste social y económico”.

Filippa Bua, la enfermera que rumoreó la artimaña, dijo: “En pocos momentos se pasó de una situación normal a una un poco embarazosa, y luego al shock y la incredulidad”.

“Cuando le levanté la manga, sentí su ‘piel’ gomosa y fría. Al principio pensé que le habían amputado y que por error había ofrecido el brazo equivocado para que le pincharan. Me sentí mal por él, pensé que le había puesto en una situación embarazosa”.

Pero entonces me di cuenta de que el brazo era falso. “Comprendí en un instante que el hombre que tenía delante intentaba evitar la vacunación utilizando una prótesis de silicona que esperaba que le inyectara”.

Informó a un médico de lo sucedido. “El hombre sonrió y se fue. No fue descortés ni grosero; simplemente se levantó y se fue”.

Las medidas cada vez más estrictas adoptadas por el gobierno están haciendo la vida de los no vacunados cada vez más difícil en Italia, aun cuando todavía no ha hecho obligatoria la vacunación.

Desde agosto, para comer en restaurantes, visitar museos y cines e ir a eventos deportivos se exige un pase verde que demuestre que se ha vacunado, que se ha recuperado recientemente del coronavirus o que ha dado negativo en la prueba.

Pero a partir del lunes 7 Dicimbre, estas actividades quedarán restringidas a los titulares de un “Pase Verde Súper”, al que sólo podrán acceder quienes se hayan vacunado o se hayan sometido recientemente a un test molecular al Covid-19.

Los no vacunados podrán seguir acudiendo al trabajo, siempre que se sometan a pruebas periódicas, un requisito caro y oneroso.

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