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Democracia Sindical

Antonio Caló reapareció con el manual clásico del sindicalismo bajo el brazo y el megáfono encendido. Respaldó la movilización de la CGT contra la reforma laboral y apuntó directo al corazón del Gobierno: industria en caída, empleo en riesgo y una Argentina que —según él— vuelve a caminar hacia el 2001 con los ojos abiertos.

En Splendid AM 990, el ex secretario general de la CGT explicó la protesta como quien explica una jugada de potrero: “mover la pelota”. Nada de épica forzada: que vaya el que pueda, no el que sea empujado. Democracia sindical versión vieja escuela.

El diagnóstico económico fue sin anestesia. Con estas políticas, dijo, el país vuelve a la UOM del colapso. Empresas cerrando “en toda la Argentina” y una industria que cruje. Caló habló desde la experiencia: recordó concursos de acreedores y crisis reales, no powerpoints.

Sobre la reforma laboral, el rechazo fue frontal. No hace falta, sentenció, porque hace 75 años que el sistema funciona. El problema no serían los convenios colectivos sino otra cosa: la justicia. Allí sí propuso meter mano, con críticas a la litigiosidad y a los juicios fáciles.

La advertencia al Gobierno no fue técnica sino histórica. Cuando la industria cae, el empleo cae detrás. Y cuando el empleo cae, la calle responde. La CGT, con su coreografía conocida, vuelve a marcar territorio.

En clave política, Caló miró al peronismo con preocupación. Jóvenes seducidos por la novedad, redes sociales dominando el clima y una “casta arriba” que maneja los hilos. Autocrítica con filo y reclamo de internas: receta conocida, resultado incierto.

La frase más dura llegó con destino parlamentario. El proyecto en debate lo tiene “mal” y la advertencia fue personal: diputados y senadores que lo voten deberán explicarlo en casa. No a la militancia, no al sindicato: a los nietos.

El mensaje es claro y también antiguo. El sindicalismo no se retira, se reactiva. No propone modernidad, propone memoria. Y en tiempos de motosierra, la memoria vuelve a ser arma.

Mientras el Gobierno apura reformas y el Congreso afila votos, Caló recuerda que la política argentina tiene archivos largos. Y que, cuando se ignoran, la historia suele pedir factura con intereses.

✍️ ©2025 Redacción cultural, con asistencia del Laboratorio de Realismo Callejero


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