Balí, 15 noviembre 2022
Hoy, mientras el Presidente Xi invitó a “enfrentar y trabajar juntos” para enfrentar los desafíos del mundo actual, durante la cumbre del G20, en Urumqui, capital de la región autónoma de Xinjiang del noroeste de China, el gobierno anunció que se registró un aumento interanual de las ganancias del 60,3 por ciento equivalente a 194.800 millones de yuanes (unos 27.700 millones de dólares) durante los primeros diez meses de 2022.
Según las aduanas de Urumqi, el comercio de Xinjiang con los países a lo largo de la Franja y la Ruta escaló entre enero y octubre un 65,4 por ciento interanual, es decir 176.400 millones de yuanes, lo que representa el 90,6 por ciento del total de la región.
Kirguistán fue el mayor socio comercial de Xinjiang, con 67.700 millones de yuanes de flujo de comercio y un incremento interanual del 180,2 por ciento.
Los productos mecánicos y eléctricos intensivos en mano de obra fueron los principales artículos de exportación de Xinjiang.
También aumentó significativamente la exportación de nuevos productos energéticos, incluyendo baterías de iones de litio, celdas solares y vehículos de nueva energía, según las aduanas.
¿Serán éstos los datos que llevaron al presidente Alberto Fernández a afirmar que mantuvo “una muy buena reunión” en Balí, dado el entusiasmo con el cual su par de la República Popular China, Xi Jinping, autorizó a que la Argentina disponga de 5.000 millones de dólares como parte de un mecanismo Swap?
¿Pero que significa en finanzas el instrumento derivado “Swap” con el cual los entendedores se llenan la boca?
Consiste en el intercambio de flujos de efectivo entre dos contrapartes, determinados en relación con un activo financiero subyacente. Debe contarse como uno de los instrumentos de cobertura de riesgos más modernos utilizados principalmente por bancos, empresas y también por organismos públicos.
La herramienta de intercambio fue inventada en 1994 a la edad de 25 años por el financiero Blythe Masters del banco JP Morgan. Se presenta como un contrato señalado, pero atípico por carecer de disciplina legislativa, a término, consensuado, oneroso y aleatorio.
Por ejemplo, el sujeto A puede comprar un bono de tasa flotante y pagar el interés que recibe al sujeto B. B, a su vez, compra un bono de tasa fija, recibe el interés variable de A y le paga al sujeto A un interés de tasa fija. Esta estructura (llamada IRS, es decir, swap de tasa de interés) puede ser útil para inmunizarse de las fluctuaciones del mercado o administrar fondos mutuos (con la estrategia CPPI). Las fechas en las que se realizarán los pagos y cómo se calcularán se establecen en el contrato de swap. En palabras pobres: “Fondos buitres”.
Un fondo buitre (en inglés vulture fund o holdout) es un fondo de capital riesgo o fondo de inversión libre que invierte en una deuda pública de una entidad que se considera cercana a la quiebra.
Según el periodista Arcadio Oña, especializado en materia, el modus operandi de los fondos buitre consiste simplemente en comprar en el mercado deuda de Estados y empresas al borde de la quiebra, a un porcentaje muy inferior al de su valor nominal (su valor facial), y luego litigar o presionar por el pago del 100% de este valor. En otras palabras, mediante la especulación financiera, los fondos buitre compran títulos de deuda de los países en una situación económica difícil, a precio muy bajo para luego litigar en los foros internacionales e intentar cobrar la totalidad del valor de esos bonos.
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