ElCanillita.info
Argentina, 20/06/2025
Por Don Papelón, Especial para ElCanillita.info
Igualdad ante la ley, sí… pero no en el metraje.
En un país donde no hay plata, no hay insumos en hospitales, no hay gasoil para patrulleros ni tizas en las escuelas rurales, hay algo que sí hay: arresto domiciliario de categoría presidencial.
Cristina Fernández de Kirchner, condenada a seis años por corrupción, no pisa una celda común sino que inaugura una nueva forma de encierro VIP en su departamento de 200 m² en Constitución, con tobillera electrónica y un régimen que parece más un plan de bienestar que una medida judicial.
¿Prisión domiciliaria o suite ejecutiva?
Desde la calle, el edificio parece uno más. Pero puertas adentro, el escenario es otro: custodios, abogados sin límite, visitas “de confianza” sin necesidad de autorización judicial previa, y todo el confort de una propiedad valuada en USD 300.000. Es decir, unas cinco veces el sueldo de un juez federal… si no estuviera ajustado por inflación.
- Mientras tanto, un preso común que pide una frazada extra es sospechado de sedición.
¿Quién paga la cuenta?
Esto no es solo simbólico: la vigilancia la paga el Estado, el control electrónico lo paga el Estado, la asistencia médica también.
Todo esto mientras el resto del país ve cómo le cortan subsidios, le ajustan tarifas y le recortan el calendario escolar. Pero claro, la patria judicial no se construye con baldes ni con planes: se construye con excepciones.
¿No hay plata? Depende para quién
La paradoja es brutal: el mismo gobierno que repite “no hay plata” hasta el cansancio financia sin chistar el encarcelamiento confortable de su propia expresidenta. No hay plata para jubilados, pero hay recursos para la calefacción central en el arresto.
¿Y si probamos con enviar a los jubilados a cumplir arresto domiciliario en departamentos de lujo?
Justicia a la carta
No se trata de venganza sino de equidad. El mensaje institucional es delicado: ¿qué ve un ciudadano cuando compara su calabozo social (la deuda, la inflación, el colectivo que no pasa) con el de Cristina?
Ve una República en donde la ley es pareja… pero el living no.
Conclusión - El departamento de Cristina no es solo una prisión dorada: es un espejo roto de la Argentina actual. Y frente a ese reflejo, millones de argentinos se preguntan, con razón:
- ¿Cómo se sostiene un régimen carcelario de lujo… en un país fundido?
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