Argentina
El Senado entra este viernes en modo cinta transportadora. A las 9, Régimen Penal Tributario; a las 10, Presupuesto 2026. Puntualidad suiza para una agenda que corre con apuro argentino: dictamen hoy, sesión el 26 de diciembre y ley antes de que se enfríe el pan dulce.
El oficialismo busca emitir dictamen sin tocar una coma del texto que llegó de Diputados. No por convicción, sino por cicatrices recientes: el intento de derogar las leyes de Universidades y Discapacidad naufragó y el famoso capítulo 11 quedó en el fondo del recinto. La aritmética mandó; la épica, a la pausa.
En Casa Rosada hubo tentación de revancha. Reintroducir lo caído —CAMESA, zonas frías, coparticipación porteña— sonó en los pasillos. Pero el cálculo fue más frío que el aire acondicionado del Senado: dictamen sin cambios, ley asegurada, y después se verá cómo se aplica lo que hoy no se financia.
Así, el Presupuesto avanzará con una paradoja conocida: aprobado por el Congreso, administrado por la discrecionalidad. La promesa es claridad; la práctica, el “luego definimos”. Un clásico de fin de año con calendario apretado y margen político estrecho.
En paralelo, la Ley de Glaciares vuelve al ring. Un plenario de comisiones dictaminó su reforma, con fecha de debate para febrero. El discurso oficial habla de “ordenar el marco”, “federalismo ambiental” y “reglas claras”. La traducción política: menos interpretación, más explotación; menos veto técnico, más desarrollo.
El Gobierno asegura que se protegerán los glaciares con función hídrica efectiva y se fortalecerán estándares ambientales. También promete barrer la discrecionalidad “ideológica” que —dice— frenó inversiones. El equilibrio entre hielo y negocio, otra vez, se juega en el reglamento.
A las 9, además, se constituye Justicia y Asuntos Penales para dictaminar la reforma del Régimen Penal Tributario bautizada “Inocencia Fiscal”. El nombre es amable; el alcance, ambicioso: blanqueo de dólares informales y bienes, con umbrales de punibilidad que saltan de 1,5 millón a 100 millones para evasión simple, y a 1.000 millones para la calificada.
El paquete se completa con un nuevo régimen de Ganancias para patrimonios de hasta 10.000 millones de pesos, blindando investigaciones sobre variaciones patrimoniales dentro de ese rango. La consigna es previsibilidad; la crítica, indulgencia. En diciembre, el Senado decide si el cierre del año será con cuentas claras o con fuegos artificiales contables.
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