
ElCanillita.info
Argentina, 29/06/2025
Redacción internacional, con asistencia del Laboratorio de Realismo de Abuela Pecas
¿Es la historia de Iara Pizarro una golondrina que anuncia la primavera o una señal de que algo puede cambiar en serio?
A los 26 años, Iara trabaja en la Dirección de Personas de Omint, estudia, tiene un proyecto de vida y un pasado sin atajos: familia de changas, calle de Avellaneda, sueños grandes y oportunidades escasas. Hasta que apareció Forge, una fundación que no vende humo sino herramientas: formación en habilidades reales, vínculos con empresas concretas, seguimiento humano, y una apuesta modesta pero sólida por el trabajo formal.
La pregunta que nos hace ruido —y que se lanza desde este humilde balcón— es simple:
¿Estamos frente a un modelo replicable o ante una excepción afortunada?
Porque si la historia de Iara depende de que Forge exista, de que Omint confíe, y de que justo se cruce una entrevista el día del diploma, entonces la sociedad no cambió: solo Iara tuvo suerte.
Pero si este puente entre jóvenes vulnerables y empleos dignos empieza a multiplicarse —si se convierte en política, en cultura, en calle— entonces quizás el tren no pasó una sola vez.
En Argentina hay casi cinco millones de jóvenes entre 18 y 24 años. Solo el 15% tiene empleo registrado. Y en los hogares más pobres, ese número baja al 6%. Lo demás es cartón pintado: precarización, changas, informalidad, o directamente exclusión.
Lo interesante es que las empresas que contrataron egresados de Forge hablan claro: menos ausentismo, más compromiso, más tiempo en el puesto y un retorno económico superior al promedio.
¿Y por qué no lo hacen todas?
Por miedo.
Miedo a los prejuicios, a los supuestos “malos hábitos”, a lo distinto.
Miedo al espejo que devuelve el barrio cuando no se conoce.
Forge, AMIA, Pescar, Empujar, Reciduca, Bis Blick. Organizaciones que no sólo forman, sino que contienen, acompañan y abren puertas sin hacer marketing de sí mismas. Que no arman “reality shows de superación”, sino procesos concretos con nombres y apellidos.
Iara es un nombre. Pero puede no ser el único.
La pregunta, entonces, no es sólo si “queremos ayudar a los jóvenes”.
La verdadera pregunta es si estamos dispuestos a reconocer su valor y a cambiar nuestras reglas para que entren.
Y la respuesta, como siempre, no viene en cadena nacional.
Viene en acciones, en contratos, en decisiones pequeñas.
Viene, quizás, en un auto usado vendido para sostener a una familia entera.
O en un jefe de recursos humanos que decide mirar distinto.
¿Querés decir algo desde tu propio balcón?
📬 Mandá tu texto a elcanillita@yahoo.com o subite a la Caja de Jabón en soapboxorators.org.
© MMXXV ElCanillita.info / SoapboxOrators.org – All Rights Reserved – SalaStampa.eu, world press service – Guzzo Photos & Graphic Publications – Registro Editori e Stampatori n. 1441 Turin, Italy
🎤 La Caja de los Oradores – SoapBoxOrators – nació en Londres, inspirada en aquellas primeras protestas en plazas, mercados y esquinas del mundo, donde bastaba subirse a un cajón de jabón para hacerse escuchar.. (Los fabricantes utilizaban cajas de madera para el envío de mercancías, en esa época no habia sido inventado el cartón corrugado). En la Argentina, por entonces, ni industria había… pero sí palabras, rabia y esperanza. Hoy reeditamos esa tradición, sin banderas ni micrófonos pagos. Acá se habla claro, aunque a veces duela. Vos también podés subirte.