ElCanillita.info
Argentina, 27/05/2025
En la Argentina de 2025, cuando uno entra a votar ya no elige representantes, sino que parece rendir examen. Y según ciertos sectores —en especial los amedrentados del viejo kirchnerismo— el que no vota “correctamente” es simplemente un idiota.
Sí, así estamos: Mileismo o kirchnerismo, y nada más. Esa es la consigna que se impuso en las elecciones anticipadas en algunas provincias y, sobre todo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires este último domingo. Una elección local convertida —gracias al aparato mediático y político— en referéndum emocional sobre el gobierno nacional.
La idea de fondo, repetida por comentaristas y repetida por los medios con una fidelidad digna de salmón de criadero, es que no hay matices: o votás a favor del “cambio disruptivo” o sos parte del “régimen decadente”. ¿Y si no estás con ninguno? Entonces sos invisible.
En esta lógica binaria, solo hay un argentino verdaderamente inteligente: Javier Milei. Los demás, según esta narrativa, están confundidos, manipulados o —directamente— son tontos útiles del otro bando. El votante como súbdito de una verdad revelada, no como ciudadano libre de pensar.
Así, los comicios dejan de ser elecciones y se convierten en test de obediencia ideológica. El voto no vale por lo que propone, sino por a quién incomoda.
Mientras tanto, la democracia, esa señora mayor y cansada, observa desde un rincón con su libreta de actas arrugada y un café frío. Porque ni ella puede entender cómo terminamos reduciendo un país entero a una pelea de egos con cuentas de TikTok.
©2025 “El último que dobla la esquina”
…poque siempre hay alguien que reparte noticias mientras todos duermen.
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