
ElCanillita.info, 01/05/2025
Aunque nadie puede predecir con certeza quién será el próximo Papa, especialmente en un momento tan complejo como el actual, podemos hablar de tendencias, candidatos potenciales, y factores clave que influirán en la elección. El contexto global influirá mucho, el próximo Papa será elegido en un mundo marcado por:
- Tensiones geopolíticas (guerra, polarización, migración, crisis climática)
- Pérdida de influencia institucional de la Iglesia en muchos países
- Crecimiento del catolicismo en África y Asia
- Conflictos internos en la Iglesia (entre sectores conservadores y progresistas)
Perfil posible del próximo Papa - No europeo: Podría elegirse otro Papa del hemisferio sur (como Francisco), quizás de África o Asia, regiones donde el catolicismo crece con fuerza.
- Pastoral y diplomático: Alguien con habilidades para mediar y tender puentes en un mundo fracturado.
- Conservador moderado o centrista: Para equilibrar las tensiones internas entre los sectores más progresistas y los tradicionalistas.
- Experiencia en crisis o persecución: Un cardenal con experiencia enfrentando situaciones políticas complejas, como en países con dictaduras o conflictos. ¿Cuales son los posibles candidatos?
Aunque el cónclave es secreto y a veces sorprende, algunos nombres mencionados en círculos eclesiales son:
- Cardenal Peter Turkson (Ghana): progresista en temas sociales, conservador en moral; fuerte figura africana.
- Cardenal Luis Antonio Tagle (Filipinas): cercano a Francisco, carismático, con experiencia pastoral y teológica.
- Cardenal Matteo Zuppi (Italia): muy activo en la mediación por la paz, conocido como “el Francisco italiano”.
- Cardenal Pierbattista Pizzaballa (Patriarca Latino de Jerusalén): experiencia en Medio Oriente y diálogo interreligioso.
- Cardenal Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo): jesuita, líder en el Sínodo sobre la sinodalidad. ¿Y si el próximo Papa fuera muy distinto?
Dado el carácter imprevisible del cónclave, también podría emerger un candidato menos conocido que represente un “compromiso” entre facciones o un liderazgo inesperado, como pasó con Juan Pablo II o Francisco.

El cardenal Joseph Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, ha sido uno de los críticos más destacados del acuerdo provisional firmado en 2018 entre el Vaticano y China sobre el nombramiento de obispos. Desde su perspectiva, este acuerdo representa una “traición” a los católicos chinos que han permanecido fieles a Roma a pesar de las presiones del régimen comunista.
Principales críticas del cardenal Zen
- Pérdida de autonomía de la Iglesia: Zen sostiene que el acuerdo otorga al gobierno chino una influencia indebida en el nombramiento de obispos, lo que compromete la independencia de la Iglesia y la autoridad del Papa. Considera que aceptar obispos designados por el Estado es ceder a un poder que históricamente ha perseguido la fe católica.
- Amenaza a la Iglesia clandestina: El cardenal teme que el acuerdo conduzca a la desaparición de la Iglesia “clandestina”, que ha operado en secreto y en fidelidad al Papa. Afirma que el gobierno chino podría utilizar el acuerdo para eliminar esta comunidad con la ayuda, aunque involuntaria, de la Santa Sede .
- Falta de transparencia: Zen ha criticado la naturaleza confidencial del acuerdo, señalando que la falta de detalles públicos genera desconfianza y preocupación entre los fieles. Describe el comunicado oficial como “una obra maestra de creatividad en lo que respecta a decir nada con muchas palabras” .
- Críticas al liderazgo del Vaticano: Aunque mantiene respeto por la determinación del Papa Francisco, Zen ha expresado su desacuerdo con la gestión del acuerdo por parte del Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, acusándolo de manipular la situación y de ser responsable de las “cosas malas” que han surgido de este entendimiento .
El cardenal Zen ha enfrentado desafíos personales debido a su postura. En 2022, fue arrestado en Hong Kong bajo la ley de seguridad nacional, aunque posteriormente fue liberado bajo fianza. A pesar de estas dificultades, continúa siendo una voz activa en defensa de la libertad religiosa y de los derechos de los católicos en China.
Su oposición al acuerdo refleja una preocupación más amplia sobre la relación entre la Iglesia y regímenes autoritarios, y plantea preguntas sobre cómo equilibrar el diálogo diplomático con la defensa de los principios fundamentales de la fe.
Control del Catolicismo en China
El control del catolicismo y de las religiones en general por parte del gobierno chino tiene raíces políticas, ideológicas y de seguridad estatal, especialmente desde la llegada del Partido Comunista al poder en 1949. Hasta entonces, la Iglesia Católica tenía una presencia significativa en China a través de misiones y obispos. Y había relaciones diplomáticas entre el Vaticano y el gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek -el Kuomintang-.
Cuando el Partido Comunista Chino ganó la guerra civil y fundó la República Popular China, el gobierno nacionalista se exilió en Taiwán. Y a partir de allí, el PCCh dejó de ser un partido revolucionario maoísta para transformarse en un autoritarismo político con capitalismo controlado por el Estado, adaptándose para mantenerse en el poder.
En 1951el gobierno comunista chino cortó relaciones diplomáticas con el Vaticano y expulsó al Nuncio Apostólico (embajador del Papa) bajo acusaciones de espionaje. El hecho marcó el fin oficial de las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano.
La razón principal de la ruptura fue la desconfianza del régimen comunista hacia el Vaticano. El nuevo gobierno veía a la Iglesia Católica como una influencia extranjera contraria al marxismo y a la soberanía china.
El PCCh quería controlar completamente las religiones en China, y eso incluía nombrar a los obispos, algo que el Vaticano consideraba inaceptable, ya que es prerrogativa del Papa. Causa que llevó al Partido Comunista de China a expulsar a muchos misioneros católicos extranjeros y a encarcelar a clérigos chinos que no aceptaban la autoridad del gobierno sobre la Iglesia.
Después de 1951, China creó la Asociación Patriótica Católica China (APCC), una iglesia separada de la autoridad del Papa, controlada por el gobierno. Muchos católicos en China continuaron practicando su fe en la clandestinidad, en lo que se conoce como la Iglesia subterránea, fiel al Papa.
La situación actual de los católicos en China es compleja y está marcada por tensiones entre la Iglesia oficial reconocida por el gobierno y la Iglesia clandestina fiel al Papa.
Se estima que en China hay entre 15 y 20 millones de católicos, lo que representa aproximadamente el 1% de la población. De estos, alrededor de 10 millones pertenecen a la Iglesia oficial reconocida por el gobierno, mientras que el resto forman parte de comunidades no oficiales o clandestinas que no son reconocidas por las autoridades chinas.
Actualmente, hay 95 obispos católicos en China continental, 69 son oficiales y 26 no oficiales. La Iglesia Católica se distribuye en 147 diócesis, muchas de las cuales están vacantes. En 2018, el Vaticano y China firmaron un acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos, que ha sido renovado en varias ocasiones, la última en octubre de 2024 por cuatro años más . Este acuerdo busca normalizar la situación de los católicos en China, permitiendo que el Papa tenga voz en el nombramiento de obispos, aunque el gobierno chino mantiene un control significativo sobre las estructuras religiosas.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, la libertad religiosa en China sigue siendo limitada. Las autoridades chinas ejercen una vigilancia constante sobre las actividades religiosas y han implementado medidas como la retirada de cruces de iglesias y la sustitución de imágenes religiosas por retratos del presidente Xi Jinping. Además, se han reportado casos de censura de textos religiosos y presión sobre el clero para que promueva la ideología del Partido Comunista Chino.
A pesar de las restricciones, la fe católica sigue viva en China. Por ejemplo, en la diócesis de Shanghái, se reportaron 470 bautismos durante la Vigilia Pascual de 2024, y se permitió la realización de peregrinaciones al santuario mariano de Nuestra Señora de Sheshan . Además, en octubre de 2024, el Papa Francisco erigió una nueva diócesis en Lüliang, y se consagró a Mons. Antonio Ji Weizhong como su primer obispo.

invitación para visitar China.
El Papa Francisco mostró un interés particular en fortalecer los lazos con China, promoviendo el diálogo y la sinicización del catolicismo, es decir, la adaptación de la Iglesia a la cultura y contexto chino. Sin embargo, las tensiones entre la fidelidad al Papa y las exigencias del gobierno chino continúan siendo un desafío para la Iglesia en China.
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