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Origen y utilidad de la propaganda

La propaganda, como acción destinada a ganarse el favor del público, es una actividad tan antigua como la humanidad, presente en todo tiempo, lugar y dimensión social. El término propaganda se originó en un contexto religioso, cuando la Iglesia católica organizó en el siglo XVI una “Congregatio” de propaganda “fide”, un departamento encargado de propagar la fe católica, como contraataque a la expansión del protestantismo.

Originalmente, el término no pretendía referirse a la información engañosa.
El significado moderno de la propaganda, sin embargo, se remonta a su uso desde la Primera Guerra Mundial. La propaganda presupone el uso de la comunicación para transmitir un mensaje, una idea o una ideología: la segunda mitad del siglo XIX se erige así como un periodo histórico impactante para la propaganda y su uso en las sociedades modernas, porque no sólo es el periodo de la revolución de las comunicaciones (telégrafo, ferrocarril, medios de comunicación de masas, etc.), sino también de la revolución del papel del “público” en la sociedad, que evolucionó hasta el auge del totalitarismo entre las dos guerras mundiales.

La historia de la propaganda tiene sus raíces en el Paleolítico, donde se utilizaban símbolos visuales con fines persuasivos precisos, como en el caso de las máscaras, los gritos de guerra y los gestos amenazantes utilizados para asustar al enemigo.

Uno de los primeros testimonios escritos del uso de la propaganda con fines políticos y militares se encuentra en la Biblia, en el Antiguo Testamento, con motivo del asedio de Jerusalén por los asirios: en el segundo libro de los Reyes, se cuenta que en el año 701 a.C., Senaquerib, rey de Asiria, fue asediado por los asirios.
Continuación...

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