Bolivia, 26.12. 2019
Hace una semana, el ex cónsul de Bolivia en Argentina, Diego Fernando Vega Ibarra, fue detenido por efectivos de la Gendarmería Nacional argentina en la localidad fronteriza de Orán y Aguas Blancas de la provincia de Salta, portando más de 8 kilos de cocaínaocultos en la maletera de su automóvil,que provenían de la sureña ciudad boliviana de Bermejo.
Este lamentable incidente podría haber pasado desapercibido, como los variados que con seguridad lo antecedieron, de no tratarse del hijo del subgobernador de Bermejo, Never Vega, un alto dirigente del MAS en el sur de Tarija y por haber presentado credenciales diplomáticas vencidas cuando intentaba pasar el punto de control fronterizo, acompañado de su esposa y un acompañante.
Es más, la detención de dicho exfuncionario fue una sorpresa, especialmente para los periodistas, ya que éste brindó a la prensa, hace pocos días, detalles sobre la anunciada llegada de Evo Morales a Orán, donde piensa establecer su estado mayor, y punto de contactos con sus allegados bolivianos, según las palabras del refugado expresidente y actual jefe de campaña del MAS, el día 29 de diciembre, en medio de una concentración que transgrede todas las normas y preceptos que rigen los acuerdos internacionales sobre el asilo.
Entretanto, sólo para darnos cuenta de las vergonzosas incongruencias a la cuales pueden estar sometidos dos pueblos, por intereses político-partidarios, y hasta personales, que no benefician en nada a los supremos intereses de la Nación, nos remontamos al pasado martes 23 de julio de 2019, cuando Bolivia oficializó su interés en adquirir drones desarrollados por Irán, así como firmar un acta de entendimiento que establece que una escuela militar boliviana recibiría formación en nanotecnología iraní. Lo increíble del caso es que dichos actos se realizaron a menos de una semana de la cumbre antiterrorista que tuvo lugar en Buenos Aires.
Recordemos que Argentina tiene un tema pendiente con Irán, que es la falta de respuesta por la acusación contra ex y actuales funcionarios persas acusados por el atentado terrorista a la Asociación Mutual IsraelíArgentina (AMIA). Bajo el gobierno de Cristina Kirchner, aliado de Evo Morales,uno de los acusados de este acto terrorista,el ex ministro de defensa iraní, Ahmad Vahidi,visitó nuestro paísy no lo detuvieron, como demanda la Argentina, apenas se le pidió que saliera antes de tiempo, para no agravar más el problema.
Entretanto Cristina Kirchner, que en su gobierno firmó un acuerdo diplomático con Irán, de claro encubrimiento a los autores intelectuales del atentado que ocasionó 85 muertos, fue condenada a prisión preventiva durante el gobierno de Mauricio Macri, pena que acaba de ser revocada, apenas volvió a la vicepresidencia.
Por su parte, Evo Morales Ayma, ahora refugado de Cristina, tendrá que atenerse a cobrar a los iraníes por los servicios prestados durante su régimen y esperar que aquellos drones adquiridos durante su mandato no sean destinados, como estaba previsto, en la lucha contra el contrabando, lo que complicaría su presencia en la frontera Argentina, y desvelaría las actuales relaciones narcotizadas.
Álvaro Riveros Tejada